CÓMO SUPERAR LA NOSTALGIA EN NAVIDAD PARA NO CAER EN DEPRESIÓN
Para algunos la Navidad puede ser un tiempo de mucha alegría, mientras que para otros significa todo lo contrario. En muchas personas, incluso, aflora un estado de absoluta tristeza, muy similar a una depresión.
Siendo realistas, siempre puede haber motivos en esta época del año para sentirnos melancólicos. Quizás porque nos conectamos con una visión idealizada de la Navidad que nos llega desde las películas, o porque la recordamos como mágica en épocas remotas, sobre todo durante la infancia. También porque extrañamos a nuestros seres queridos, o porque comenzamos a evaluar los logros y tropiezos del año fijándonos solamente en aquello que no pudimos lograr.
Sin embargo, a pesar de esto siempre será nuestra decisión elegir qué actitud adoptar antes estos hechos. Porque no se trata de no recordar. Recordar es sinónimo de que estamos vivos, es parte de la experiencia de ser humanos. Se trata de no imprimirle una connotación negativa a esa vivencia del pasado, pues es allí donde se origina el sufrimiento.
No obstante, aunque tenemos emociones adheridas a esas memorias, todo siempre tiene dos tonos. Un mismo recuerdo puede despertarnos diferentes emociones dependiendo del contexto desde el cual lo estemos observando. A veces por estar tan enfocados en lo no tan bueno de una circunstancia, pasamos por alto los aspectos positivos que sí convendría mantener vivos en nuestra memoria.
Te doy algunas claves para que la tristeza no se quede como huésped en esta Navidad:
1.-Ante la nostalgia por la ausencia de un ser querido, la cual parece más evidente en Navidad, conviene no agobiarse recordando que ya no está con nosotros. En cambio, pasemos más tiempo con los familiares que tenemos más cerca y demos gracias por haber tenido a esa persona tan especial en nuestra vida.
2.- La Navidad es una hermosa época para demostrarle a otros cuánto los apreciamos con un lindo detalle, pero también se ha convertido en algo muy comercial. Por qué no darle sentido a esos días regalando nuestro tiempo a alguna causa benéfica. De esta forma no solo nos ocupamos de alimentar el ego, sino también nuestra alma. Eso nos dará la musculatura emocional que necesitamos para sobrellevar los momentos de tristeza o de adversidad, cuando se presenten.
3.- Parte de la tristeza navideña se produce por creer que los tiempos pasados fueron mejores. Algunas personas se conectan con un sentimiento de pérdida económica, material o emocional, lo que les hace caer en una espiral de pensamientos negativos, caldo de cultivo para que se desarrolle una depresión. Para evitar esto, lo más importante es hacernos conscientes de esta conducta autodestructiva y corregir el rumbo de nuestros pensamientos enfocándonos en las cosas positivas que tenemos en nuestras vidas ─estar vivos y respirar es una de ellas─, agradecer por ello y entender que todo lo vivido tuvo una razón de ser, y cuando el pensamiento aparezca, no te quedes dándole vueltas, regodeándote en el dolor, en su lugar busca distraer tu mente con algo que te genere emociones positivas.
4.- Si te agobian los compromisos y te preocupa el presupuesto, arrópate hasta donde la cobija te alcance. Si no tienes para una gran fiesta de Nochebuena, reúnete con tus seres queridos, añade algún manjar un poco especial en la cena, algo que se salga de lo rutinario y simplemente decide pasarlo bien.
Casi siempre la melancolía que manifestamos en Navidad se trata de un simple bajón emocional, importante, pero temporal. Sin embargo, tampoco debemos subestimar este estado depresivo y lo mejor es enfrentarlo con una actitud positiva. Ten presente también que si la tristeza se prolonga y además viene acompañada con otros síntomas, quizás debas buscar ayuda.
Glenda Travieso
Autora y Coach Neurolingüístico,
especializada en bienestar emocional
y trastornos del ánimo.
@gatravieso
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