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CÓMO GANARLE A LA DEPRESIÓN SIN LA AYUDA DE MEDICAMENTOS


Por experiencia propia sé que la depresión es una enfermedad que puede ser devastadora. Se roba nuestra energía, nuestros sueños, nuestra habilidad de amar, trabajar y jugar. Pero también sé que se puede vencer si incorporamos algunos pequeños cambios en nuestro estilo de vida.

La depresión es el producto de un desbalance químico en nuestro cerebro, sin embargo, si algo aprendí, y sigo aprendiendo de esta experiencia de vida, es que para atender dicho desbalance, la solución no está siempre en los medicamentos. Existen otras vías con menos efectos secundarios, e incluso más económicas, para cambiar la neuroquímica de nuestro cerebro, simplemente incorporando hábitos de vida más saludables.

La sociedad moderna le ha comprado el argumento a las compañías farmacéuticas de que los antidepresivos son la solución a todos nuestros problemas. Esto sucede porque nos hemos convertido en expertos en buscar la felicidad y el bienestar fuera de nosotros, en las pastillas, en el botox, en las cirugías, en los bienes materiales, sin saber que con esto lo que estamos logrando es cederle a un objeto o a una persona el poder para hacernos felices. Un poder que nos corresponde a cada uno por derecho propio.

No obstante, a pesar de que el uso de antidepresivos se ha elevado en un 300 % en los últimos veinte años, el índice de depresión sigue en aumento. ¡Algo estamos haciendo mal!

No estoy totalmente en contra del uso de antidepresivos si la persona está pasando por un episodio de depresión severa o tiene pensamientos suicidas de forma recurrente. Sin embargo, hay que hacer la tarea completa. Esto quiere decir ir más allá del síntoma buscando la raíz de nuestra depresión para sanarla, adquirir las destrezas emocionales necesarias para enfrentar al mundo siendo menos vulnerables, junto con cambios importantes en nuestro estilo de vida.

Tal como lo planteo en mi libro Sanar es una Elección, la clave está en abordar la depresión desde un punto de vista completamente holístico y no meramente físico que, entre otras cosas, brinde al paciente las herramientas para que conozca la enfermedad y entienda por qué ha llegado hasta allí. Esto le permitirá desarrollar su capacidad de resiliencia y minimizar los riesgos de una depresión en el futuro.

No estoy sola en esta hipótesis, recientemente llegó a mí un video del Dr. Stephen Ilardi quien arroja luz sobre esta situación, relacionando también la enfermedad con nuestros hábitos de vida poco saludables. Ilardi nos recuerda que nuestros cuerpos no fueron diseñados para ser privados del sueño, la mala nutrición, el sedentarismo, el aislamiento social y el ritmo frenético de las sociedades del siglo XXI.

Inspirado por la extraordinaria capacidad de resistencia de los grupos aborígenes como el Kaluli de Papua Nueva Guinea, el Dr. Ilardi prescribe un programa fácil de seguir, clínicamente probado, que se remonta a la forma en que nuestros antepasados cuidaban del cuerpo. El programa para curar la depresión de este doctor ha dado resultados espectaculares, ayudando incluso a los que no han respondido a los medicamentos tradicionales.

A continuación resumo las seis claves del programa creado por el Dr. Ilardi conocido en inglés comoTherapeutic Lifestyle Change (TLC)

1.- Suplementos de ácidos grasos Omega-3. Estos ácidos grasos han demostrado tener propiedades antidepresivas y antiinflamatorias. Estudios indican que ayudan a que los circuitos de serotonina y dopamina en el cerebro funcionen más eficientemente. Nuestro cuerpo no puede producir estos ácidos y nuestras dietas no suelen darnos la proporción necesaria para un efecto antidepresivo. Por lo tanto, el doctor recomienda complementar nuestra dieta diaria con algún suplemento de ácidos grasos omega-3.

2.- Dejar de rumiar los pensamientos para evitar caer en una sobresaturación de pensamientos negativos pues esto nos genera estrés, ansiedad, y es un camino directo a la depresión. Rumiar solo hace que nuestro ánimo empeore. Para esto la meditación, el yoga y las técnicas del mindfulness pueden ser de gran ayuda. Si quieres más información sobre este punto te invito a visitar mi sitio.

3.- Mantenerte activo físicamente. Sin duda alguna hacer ejercicio ha sido unos de los factores más determinantes en mi vida para mantenerme alejada de la depresión. Está comprobado que 35-40 minutos de actividad aeróbica moderada, al menos tres veces por semana, es tan efectiva como los antidepresivos para elevar el ánimo.

4.- Exponerse a la luz solar. La privación de la luz solar afecta la producción de serotonina en el cerebro. Por ello existe la depresión estacional en el invierno. Se recomienda que las personas obtengan un mínimo de treinta minutos de exposición a la luz solar por día, sin usar bloqueador solar y a la misma hora todos los días. Si sufres de depresión no dejes de hacerlo diariamente ya que funciona de manera acumulativa, siendo constante.

5.- Mantenerse socialmente activo. Es cierto que cuando estamos deprimidos lo menos que nos provoca es socializar, sin embargo, es importante apoyarse en los amigos y la familia, no solo para obtener el apoyo social necesario, sino porque pasar tiempo con los demás es una buena manera de distraer nuestra mente y dejar de rumiar. Contarle a tus familiares y amigos sobre tu lucha con la depresión les ayudará a entender mejor lo que está pasando.

6.- Dormir bien. Uno de los mayores factores de riesgo para la depresión es la privación del sueño. Por lo tanto, es importante mantener un horario regular para este y proteger ese tiempo para dormir, especialmente en aquellos momentos en que nuestras vidas se tornan algo agitadas.

Para crear un patrón de sueño saludable, trata de ir a dormir y levantarte a la misma hora cada día, inclusive puedes crear tu propio “ritual para dormir”. Baja las luces, apaga el televisor, el computador, el celular y cualquier otro dispositivo electrónico, ponte tu pijama y haz una actividad tranquila, como la lectura. Evita la cafeína y el alcohol horas antes de ir a la cama.

El Dr. Ilardi no lo incluye en su programa, pero yo le agregaría un séptimo paso: cuidar lo que comes. Está comprobado que niveles bajos de ciertos nutrientes en el organismo pueden ocasionar una caída brusca en el estado de ánimo y, por ende, conducir a una depresión. Igualmente, y esto sí lo menciona en su video, disminuir el consumo de azúcar refinada, pues esta desencadena la liberación de potentes hormonas inflamatorias que perturban la química de

nuestro cerebro.

Como ves, tomar antidepresivos no es la única opción para superar una depresión. Si mantenemos un balance en nuestras vidas podremos ganarle la batalla a la enfermedad, con muchos menos riesgos para nuestro organismo y mayor satisfacción pues es un camino que no solo nos lleva a liberarnos de la depresión sino que también nos permitirá crecer emocional y espiritualmente.

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