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¿CASADO CON UNA PERSONA DEPRIMIDA?: 7 CLAVES PARA SOBRELLEVAR LA ENFERMEDAD


La depresión puede causar graves problemas en el ámbito de la pareja. Las estadísticas revelan que los matrimonios en los que uno de sus miembros sufre de depresión o trastorno bipolar, son extremadamente frágiles. Convivir con una persona deprimida puede resultar difícil, pues cuando estamos pasando por este tipo de trastorno del ánimo no somos nosotros mismos, es la enfermedad la que se manifiesta a través de nosotros. Por lo tanto la relación se puede ver alterada por completo e incluso puede correr el riesgo de romperse.

A continuación una serie de consejos a tener en cuenta si como pareja quieren desafiar las estadísticas:

1.- Conocer al contendiente.

Documentarse acerca de la enfermedad resulta primordial para ambos, pero en el caso de la pareja sana esto le ayudará a saber qué esperar y qué no de la persona deprimida, lo cual resulta muy conveniente pues una de las principales cosas que pierde una persona deprimida es su voluntad. Por lo tanto exigirle más de lo que puede dar en algunas ocasiones puede ser contraproducente. Si la persona que está sana sabe a qué se está enfrentando, le resultará más fácil manejar su frustración e impaciencia, evitando que esto afecte la relación.

2.- Encontrar el médico adecuado.

Esto es como comprar tu primera casa. Hay muchos componentes involucrados en la decisión. No es suficiente que te gusten los azulejos del baño y el clóset del dormitorio. Si te precipitas en la decisión, podrías terminar viviendo en una casa que odies durante mucho tiempo a excepción de los grandes azulejos del baño. Los buenos médicos te ayudan a sentirte mejor. Un mal doctor empeora tu condición. Si su pareja es bipolar, esto es especialmente importante debido a que el paciente promedio con este trastorno tarda aproximadamente diez años para obtener un diagnóstico adecuado. Alrededor del cincuenta y seis por ciento es diagnosticado, en principio, con depresión unipolar. Igual es el caso de pacientes que sufren de depresión endógena, como fue mi caso. Pasé por seis médicos y una serie de tratamientos fallidos antes de dar con el médico y el diagnóstico adecuado.

3.- Fijar algunas reglas.

Una de las reglas más importantes es que el paciente deprimido debe comprometerse a tomar siempre sus medicinas y seguir las indicaciones médicas. En este caso es necesario un compromiso mutuo, tanto por parte del paciente como de su pareja, ya que es la persona que está más cerca y tiene un papel fundamental a la hora de velar porque se cumpla con la medicación prescrita por el médico, y de que el paciente acuda a la consulta cuando es necesario. También debe asegurarse de que continúe con la psicoterapia.

4.- Aprender el lenguaje de la enfermedad.

Cuando estamos deprimidos es fácil no darnos cuenta de lo hirientes que pueden resultar nuestras palabras cuando estamos expresando lo ansiosos o tristes que nos sentimos. "Solo quiero morir". "No me importa nada". Afortunadamente, mi esposo siempre tuvo claro que en esos momentos era mi depresión la que hablaba, no yo. Siempre fue capaz de separar a su esposa de la enfermedad. Por esto es importante que la pareja se documente sobre la enfermedad y que acuda al médico junto con el paciente, no solo para acompañarlo, sino también para obtener orientación acerca de cómo manejar la convivencia con la persona deprimida.

5.- Mantenerse sano.

Las personas que conviven y cuidan de pacientes deprimidos tienen un alto riesgo de padecer también de depresión y ansiedad. Investigaciones han demostrado que una de cada cuatro personas que cuidan de un familiar enfermo cumple los criterios clínicos de la ansiedad. Preste atención a los siguientes síntomas: sensación de cansancio y fatiga la mayor parte del tiempo, signos físicos de estrés como dolores de cabeza y náuseas, irritabilidad, decaimiento, cambios en el sueño o en el apetito, resentimiento hacia su cónyuge, disminución de la intimidad en su relación. Recuerde que si usted no asegura su máscara de oxígeno primero, no podrá ayudar a los otros a obtener el aire. Por lo tanto, siempre guarde un tiempo para distraerse practicando su deporte o pasatiempo favorito.

6.- No presionar para obtener respuestas.

La comunicación suele no fluir de manera habitual cuando uno de los integrantes de la relación sufre de depresión. Esto dificulta la organización diaria, la solución de problemas y la convivencia.

Cuando se está deprimido resulta difícil darse a entender. En ocasiones porque no sabemos explicar con palabras lo que estamos sintiendo y tenemos miedo de que la otra persona no nos entienda, o en otras, simplemente, porque estamos profundamente inmersos en nosotros mismos, alejados por completos de la realidad. Resultando muy complicado para nuestra pareja entender lo que nos ocurre y encontrar una forma de ayudarnos.

Conviene realizar un gran esfuerzo y prepararse para una comunicación difícil, pero no imposible. Se aconseja no insistir para obtener las respuestas a lo que se pregunte. Tampoco es conveniente molestarse porque la persona deprimida no ha explicado lo suficientemente bien algo o ha provocado un malentendido.

7.- Ser paciente si el sexo ya no es igual.

La depresión suele afectar notablemente la vida sexual de la pareja en mayor o menor grado, dependiendo de la severidad de la misma. Es común que disminuya la frecuencia con la que se practica el acto sexual y en los casos más graves, es común que el sexo desaparezca por completo, porque el afectado experimentará inapetencia total, a veces por su misma condición médica y en la mayoría de los casos como un efecto secundario de la medicación. Sin embargo, es importante entender que esto no significa falta de amor por parte del paciente deprimido hacia su pareja. Es la misma indiferencia que puede presentar hacia la comida, o la falta de interés que suele experimentar hacia actividades que anteriormente practicaba con regularidad, así como con las aficiones que repentinamente le han dejado de interesar. Si se insiste en la necesidad de llevar a cabo el acto sexual, la reacción puede ser bastante negativa, haciendo más difícil la recuperación del paciente y aumentando su sentimiento de culpa hacia la enfermedad. Lo mejor es tratar de entender a la persona y evitar molestarse con ella por esta causa, o al menos no dejárselo saber, pues no hay mucho que ella pueda hacer a este respecto.

Para finalizar, no olvide que mantener la serenidad y comportarse de forma positiva es también muy importante. En ocasiones, puede parecer que a pesar de todo el esfuerzo que está realizando para ayudar al cónyuge deprimido, no se producen los resultados esperados, por lo tanto es importante no desesperar. Tenga presente que los asuntos de la mente no se resuelven de la noche a la mañana, pero si el amor de la pareja es lo suficientemente fuerte, podrán campear no solo este vendaval, sino todos los que vengan.

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